Tu Negocio: Una Máquina de Bienestar
Como toda máquina, un negocio requiere de alguien que sepa manejarlo. Necesita cuidados e incontables recursos para poder producir el capital deseado, fin último de las operaciones. Ese dinero, evidentemente, no sólo es un número estático, también se traduce a un sinnúmero de comodidades que adquirirán tú y tus colaboradores, con la finalidad de establecerse en un estado de bienestar. Todo depende de las atenciones hacia la empresa y lo mucho o poco que la hagas crecer.
De ese modo, te preguntarás: ¿cómo puedo mejorar mi empresa?, ¿cómo la hago crecer? La respuesta es sencilla. Piensa que tu empresa es una máquina, cuyo combustible se basa en la conjunción de dos principales factores: tu producto o servicio y, más importante aún, tus clientes. En cuanto a tu producto o servicio, debes ser riguroso con la calidad, pues dirá mucho de tu negocio y, en realidad, hará la diferencia cuando un cliente potencial te busque entre el resto de la competencia; será tu carta de presentación. Por otro lado, en materia de clientes, no debes escatimar en publicidad, en hacerte notar para atraer gran cantidad de compradores. Recuerda que entre más combustible entre a la máquina, mejor seguirá funcionando y más seguirá produciendo.
Una vez entendido este aspecto, el trabajo organizativo queda en ti. Tú tienes la capacidad de decidir qué tanto dinero quieres que produzca tu negocio, y en consecuencia, qué calidad de vida prefieres. El bienestar está, ahora mismo, en tus manos. No lo dejes ir.
